domingo, 17 de marzo de 2013

Un día.


Un día conoces a una persona que anteriormente ya conocías pero con la que no tenías ningún tipo de relación. Un día de repente esa persona entra en tu vida por una sola recomendación. Un día una canción te marca. Un día, otro día y otro más y así de más a más. Un día escuchas esa canción y te recuerda a esa persona que la hace especial. Un día sonríes, te hace reír y en principio sólo eso. Un día estás feliz,  no sabes que en ese mismo instante la vida te ha cambiado para siempre, compartís historias, risas, momentos malos tantos como buenos; como si le conocieras de toda la vida. Cuando estás triste y recuerdas cualquier de sus tonterías y sonríes, es como si gracias a ella hubieras olvidado todas las cosas malas que te rodean, como si no existiera lo malo y todo fuera feliz. Un día te picas. Un día llega el primer te odio que entre línea se leía un te quiero, supongo que se sentía. Un día empiezas a hablar y hablar sin sentido poco a poco pasaban los días y hablábamos las veinticuatro horas del día y no nos cansábamos, era despertarse y empezar a hablar, al igual que era con la última persona que hablaba a la noche, tres horas sin hablar contigo eran demasiadas. Un día daba la impresión de que todo iba perfecto, parecía que nada podía salir mal. Un día te enfadas. Un día te vuelves a enfadar. Un día, comencé a darme cuenta de que no podía vivir sin ti y ya en todos los días era necesario que ocuparas el mínimo tiempo de mi día. Un día, se empieza a confundir sentimientos. Un día, empezamos a tontear. Un día, nos decíamos cosas bonitas, aunque nos hacíamos los duros.
Lo malo empieza cuando empiezas a soñar con esa persona noche tras noche y cuando te conectas únicamente para hablar con ella. Ahí te das cuenta que empiezas a tener a tener dependencia, todo pasa muy rápido, apenas te das cuenta de lo que está pasando, fuera, y en tu interior. Sientes cosas raras que jamás has sentido con personas que ves cada día.
Eran conversaciones, eran bromas, eran caricias, eran sonrisas, era felicidad, éramos nosotros, en fin todo se quedó en un –éramos-
Y aquí sigo esperando un ‘Hola, echo de menos hablar contigo’
Y ahora después de unos meses cada uno está en su camino, confió en el destino de que algún día nos vuelva a juntar si no solo tengo que decirte que gracias por estar ese pequeño tiempo en mi vida, espero que te vaya bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario