sábado, 19 de enero de 2013

De extremo a extremo.


Te pasabas horas y horas hablando con esa personas. Te levantabas, lo primero que hacías era hablarle y también era la última de la que te despedías antes de ir a dormir. Día tras día, pero derrepente sin razón alguna todo cambia y ya nada es lo mismo. Ahora todo se resumen en
 +Hola ¿Cómo estás? (sabe que estás mal)
-         Bien (no puedo más) y tú?
+ Bien (¿Por qué mientes?) .¿qué cuentas?
-Pues no mucho (en serio, me quiero morir) tú?
+ Nada, igual. (Quiero que sonrías.) 
y eso una vez a la semana, incluso una vez al mes. Terminas olvidando, aún duele.

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