A veces, creemos encontrar personas en las que puedes
contarle toda tu vida, verso por verso porque te escuchan con paciencia, que
nos podemos apoyar en ella, porque es un pilar de un material de calidad que
nos sostiene y que jamás se derrumbará. Personas que nos hacen olvidar
problemas o que son las que nos ayudan a ver las soluciones de cada conflicto
que se nos plantea. Las que están ahí, sin nada a cambio y les debemos tantas
cosas que no sabríamos por dónde empezar a darles las gracias. Son personas que
te prometen, y que te fías de su promesa porque tienes la esperanza de que
algún día cumpla lo que te ha dicho, porque ves que ‘’vale la pena’’.
Al final, todo camino tiene mínimo una piedra, que te hace cambiar de dirección o simplemente tropezar. Esta piedra, de este camino, de esta gente que para nosotros vale la pena, se llama ‘’mentira’’. La gente te falla, te rompe, y te hace daño. Da igual si te lo mereces o no, si te lo esperabas o no. La gente no cumple promesas, solo las dicen porque queda bonito decirlo. Nada más. Se cansan de darte cosas buenas. Destapan su corazón y se quitan la máscara. La gente no es buena. Y para ti, solo hay una persona que te conviene. Eres tú.
Al final, todo camino tiene mínimo una piedra, que te hace cambiar de dirección o simplemente tropezar. Esta piedra, de este camino, de esta gente que para nosotros vale la pena, se llama ‘’mentira’’. La gente te falla, te rompe, y te hace daño. Da igual si te lo mereces o no, si te lo esperabas o no. La gente no cumple promesas, solo las dicen porque queda bonito decirlo. Nada más. Se cansan de darte cosas buenas. Destapan su corazón y se quitan la máscara. La gente no es buena. Y para ti, solo hay una persona que te conviene. Eres tú.
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