No voy a reprochártelo, porque nadie tiene la culpa. Pero
que más da que siga luchando, desde aquí hasta ahí, si hoy por hoy no vale de
nada. Para que voy a llorar por este obstáculo, si nadie va a venir a mí en ese
momento me va a abrazar y decirme que ya está aquí conmigo, que ya se acabó. No
es así, es una lucha constante, y la verdad, es que aunque no lo parezca, a
veces cansa, te agota, te hace plantearte si tirar la toalla o seguir un poco más
para ver si algo cambia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario